jueves, 25 de agosto de 2011

Hoy toca Extremo. Hoy sólo ellos me inspiran. Ama, ama, y ensancha el alma. Después de unos cuantos gramos de chocolate y muchas horas llenas de intentos fallidos de concentración, ya no soy capaz de hacer nada. Necesito sacar para poder estar productiva. Muchos pensamientos. Algunos positivos, muchos negativos y algunos demasiado utópicos. Retoños de sol, el rojo carmín de las rosas de mi jardín, el olor a coles de bruselas, y la sorpresa que me he llevado al mediodía. Yo sola, un volante, nadie en ninguna parte, unos shorts tejanos y una camiseta de la era de los dinosaurios. Suena la radio y ni siquiera me doy cuenta. Muchos planes medio hechos y muchos cabos sin atar. Preguntas, dudas. ¿Respuestas? Ninguna. Cuatro notas de una melodía y una lenta invasión de endorfinas. Escuchar, pensar. ¿Por qué? Parece que el mundo se ha vuelto loco y que la gente se cree que podemos controlarlo todo. Pero no es así. Hay que ser consciente que muchas veces, por mucho que luchemos, pongamos todo de nuestra parte, y siempre con nuestra mejor sonrisa, las cosas pueden salir mal. Y cuando eso sucede, no hay que echarse la culpa o martirizarse por ello. Si pasó, pasó, y punto. A veces no hay una causa concreta; a veces hay muchas y nadie lo sabe... Y algunos tienen la debilidad de entrar en un bucle, que es como un pez que se muerde la cola, pero no es un callejón sin salida. Hay muchas cosas en juego y no se debe estar dispuesto a perderlas. Hay que aprender a salir a pasear por el interior de cada uno. En la oscuridad está la soledad, en la soledad está el método. 

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